La mujer.

La mujer piensa con el corazón, actúa por la emoción, y vence por el amor. Ámate primero a ti misma y recuerda que somos un manjar de los Dioses.

viernes, 14 de agosto de 2015

Secarse las lágrimas y seguir...

Hoy es uno de esos días en donde duele salir de la burbuja que me protegía, que me enajenaba, que me impedía (voluntariamente) ver lo que estaba sucediendo, ahora reconozco mi realidad, acepto lo que está pasando y sobre todo entiendo que hay corazones que nunca debimos tocar. Las mujeres, por inteligentes que seamos, tenemos la enorme capacidad de auto-sabotearnos, de fijarnos en individuos que son dañinos al corazón y hasta a la razón.

Empeñarnos en hacer que las cosas sucedan, esforzarnos en demostrar lo grandiosas que podemos ser como compañeras no siempre nos garantiza que el individuo en cuestión nos acepte, valore y nos ame como merecemos. En ocasiones, lo que recibimos es esa condescendencia o amabilidad forzada que a veces enferma. Nos aturden con la trillada frase “eres la mujer que cualquier hombre quisiera tener”, sin darse cuenta que no queremos que sea cualquiera que nos tenga.

Pero llega el momento de reaccionar, de sacudirse, de secarse las lágrimas y seguir, porque al final del camino reconocemos que no hay nada que destruya nuestra fuerza interior, que ser mujer es el mayor regalo que nos brindó el creador y sobre todo que no hay mayor forma de fortalecernos día a día que superando los embates que nos da la vida.