Hoy inmersa en mis pensamientos y en los bellos recuerdos de algún tiempo atrás, me conduje hacia mi librero, lo observé y entre todos los libros sobresalía uno de mis favoritos, por la bella historia de amor que narra. Esto me hizo remontar a aquel año en el cual mi maestro de secundaria me lo impuso como tarea para luego exponer su argumento.
Cuando inicié la lectura me hice cautiva de la trama, pero lo que más me gustaba eran los poemas que el personaje principal utilizaba para enamorar a su amada Sheccid. De todos esos no olvidare un poema de José Ángel Buesa, que decía lo siguiente:
Te digo adiós y acaso te quiero todavía.
Quizás no he de olvidarte, pero te digo adiós.
Este cariño triste, apasionado y loco
me lo sembré en el alma para quererte a ti.
No sé si te amé mucho, no sé si te amé poco,
pero si sé que nunca volveré amar así…
Me queda tu sonrisa dormida en tu recuerdo
y el corazón me dice que jamás te olvidaré,
pero al quedarte solo sabiendo que te pierdo
tal vez empiezo amarte como jamás te amé.
Te digo adiós y acaso con esta despedida,
mi más hermoso sueño duerma dentro de mí,
pero te digo adiós para toda la vida,
aunque toda la vida siga pensando en ti.