
Quién no ha escuchado decir “mi hermano me tiene loca” o “mi hermanita es tremendísima” o mejor aun “no me gusta que se ponga mi ropa”. Creo que todos en algún momento hemos utilizado una de estas frases por experiencias vividas junto a nuestros queridos hermanos, pero en esta entrega, quiero resaltar los aspectos buenos de tener hermanos y que debemos aprender a valorar.
Los hermanos son esos seres especiales que están en nuestras vidas de alguna forma, modifican nuestra existencia bridándonos su amor incondicional, apoyo, sus consejos y le dan esa chispa a cada día que pasan junto a nosotros, son ángeles terrenales dispuestos a protegernos en todo momento y cuando menos lo esperamos.
Yo podría clasificarlos en dos grupos importantes.
Hermanos de vínculo sanguíneo: son aquellos hijos de nuestros padres, con los que estamos unidos estrechamente, unión que es imposible romper.
Por lo general crecen junto a nosotros, bajo el mismo techo, con las mismas costumbres y a veces con las mimas creencias. Nos peleamos con ellos, pero generalmente son trivialidades que olvidamos de forma inmediata. Aprendemos amarlos como a nosotros mismos.
Nuestros padres, desde que somos niños, nos enseñan a compartir todo con ellos y a orar por las noches pidiéndole a Dios que los proteja. Los mayores son nuestros guías, nuestro ejemplo a seguir y los más pequeños son nuestra gran alegría y en ocasiones nuestro entretenimiento.
Hermanos de alma: son aquellos seres especiales, que aunque no están vinculados sanguíneamente con nosotros, son una pieza esencial que forma parte del rompecabezas de nuestras vidas.
Con estos compartimos nuestras vivencias, dolencias, alegrías, tristezas, triunfos, etc. Siempre están dispuestos a escucharnos y son excelentes tanto para compartir el amargor que a veces invade nuestra garganta como para el bonche del fin de semana.
Aquí las peleas también están presentes, y aunque a veces las reconciliaciones tardan más que con los hermanos sanguíneos, es seguro que recibimos o hacemos esa llamada para pedir disculpas.
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